¿Las emociones influyen en la conducción?

La respuesta es si. Es frecuente que cada vez que cogemos el coche y nos disponemos a conducir no pensemos en las consecuencias que puede tener nuestro estado emocional y la toma de decisiones que hacemos cuando nos ponemos al volante. Este tema tan importante y del que muchas veces no somos conscientes ha sido investigado por Prevensis, en su estudio llamado “Conducción Zen. Emociones decisiones y conducción” el cual ha sido galardonado por UNESPA con el Premio a la Seguridad Vial.

Las emociones que sentimos en un determinado momento hacen que nos invadan pensamientos que pueden ser negativos o positivos, respuestas fisiológicas (sudor, sequedad en la boca, taquicardias…) y también afectan en nuestra conducta y a la hora de tomar decisiones. Este estudio analizó la influencia de las emociones en la conducción en más de 1000 conductores de 12 ciudades de España.

De los sujetos estudiados solo un 11% se consideran como conductores seguros ya que presentaban un control emocional correcto. También se demuestra que este control mejora con la edad.

Otro dato interesante se trata de la pérdida de atención que sufrimos en la conducción debido a casos externos. Los que más nos afectan son tener un altercado con otro conductor que nos reduce hasta un 37% de la atención y mantener una conversación intensa por el móvil, reduce hasta un 41%.

El objetivo de este estudio es conseguir que seamos conscientes de nuestras emociones con el fin de que intentemos controlarlas y así evitar impulsos y conductas que pueden perjudicarnos gravemente, tanto a nosotros como a las personas de nuestro alrededor. Debemos concentrarnos al máximo en la conducción y ser un buen conductor. Para conseguirlo nos proponen algunas técnicas muy simples pero difíciles de poner en práctica cuando estemos en situación de aplicarlas.

1.Antes de coger el coche, da una vuelta alrededor de el y revisa su estado, así liberarás tensiones.

2.Si tenemos pensamientos negativos tenemos que repetir una frase que nos anime y deje atrás nuestras preocupaciones.

3.A medida de que te relajas conduciendo tu postura también es más relajada. Pero si estás cansado debes de parar y si estás algo distraído debes tomar una postura más recta y con las dos manos en el volante.

4.Evitar distracciones de sucesos ajenos a la conducción. Discutir, hablar por el móvil, prestar atención al GPS…

5.Conduce tranquilo a pesar de la densidad del tráfico. No hay que tener prisa por llegar al punto de destino.

6.Circula a revoluciones bajas porque el ruido genera estrés.

7. Mantén una distancia de seguridad de 2 segundos del coche que te precede y de 2 metros cuando paras.

8. Si estás alterado respira despacio y profundamente. Repetirlo durante 2 minutos serán suficiente.

9. Oblígate a ser amable, sobre todo cuando el tráfico te estrese ya que te ayudará a sentirte mejor.

Como hemos dicho antes, estas técnicas son muy simples pero complicadas de poner en práctica.
Las situaciones de estrés las creamos nosotros mismos y nos influye en nuestra forma de actuar, pero debemos de tener en cuenta que todos somos capaces de controlar nuestras emociones, ¿a qué esperas para ponerlas en práctica?